El origen histórico de los CFD
Un contrato por diferencia (CFD) es un instrumento financiero derivado que permite a los operadores beneficiarse de aumentos o disminuciones en el precio de un activo subyacente. La característica de los CFD es que los operadores no necesitan poseer ni entregar el activo subyacente, sino que sólo deben pagar o recibir la diferencia entre el valor actual del activo y el valor de la posición. Las ventajas de los CFD son que pueden proporcionar un alto apalancamiento, estrategias comerciales flexibles y diversas, bajos costos de transacción y beneficios fiscales. El riesgo de los CFD es que puede enfrentar errores de seguimiento, riesgos de contraparte y fluctuaciones del mercado.
Los orígenes de los CFD
El origen de los CFD se remonta a Londres a principios de la década de 1990, donde surgieron inicialmente como una forma de swaps de acciones negociados con margen. Un swap de acciones es un acuerdo entre dos partes para intercambiar ganancias de acciones, a menudo para evitar riesgos de mercado o problemas fiscales. Los fundadores de los CFD son Brian Keelan y Jon Wood, quienes participaron en un acuerdo de adquisición a principios de la década de 1990 e inventaron este nuevo tipo de instrumento financiero.
Originalmente, los CFD se utilizaban únicamente para operaciones extrabursátiles entre inversores profesionales, principalmente en el mercado de valores del Reino Unido. Dado que en ese momento el Reino Unido aplicaba un impuesto de timbre sobre las transacciones de acciones, los CFD no implicaban la transferencia de la propiedad de las acciones, por lo que esta carga fiscal podría evitarse. Además, los CFD también permiten a los inversores utilizar el apalancamiento para magnificar los rendimientos y posicionarse en largo o en corto en cualquier activo subyacente.
El proceso de desarrollo de los CFD
Con el tiempo, los CFD se han expandido gradualmente desde el mercado OTC al mercado abierto y han cubierto más tipos de activos subyacentes, como índices, materias primas, divisas, bonos, opciones, etc. Los CFD también se han vuelto populares en todo el mundo, especialmente en regiones como Europa, Asia, Oceanía y África. Según las estadísticas, el tamaño del mercado mundial de CFD alcanzó los 1,6 billones de dólares en 2019.
Sin embargo, los CFD también enfrentan algunos desafíos y restricciones, principalmente desde aspectos legales y regulatorios. Dado que los CFD son productos financieros de alto riesgo, algunos países y regiones los han regulado estrictamente o los han prohibido. Por ejemplo, Estados Unidos, Hong Kong, Bélgica y otros lugares prohíben completamente el comercio de CFD, mientras que Japón, Singapur, Australia y otros lugares imponen restricciones sobre el índice de apalancamiento, los requisitos de margen, la publicidad y otros aspectos de los CFD. Además, los CFD también se han visto afectados por algunos acontecimientos inesperados, como la eliminación del franco suizo del euro en 2015, que provocó enormes fluctuaciones en el mercado y provocó que algunos operadores y corredores de CFD sufrieran grandes pérdidas.
El futuro de los CFD
Aunque los CFD presentan algunos riesgos y desafíos, siguen siendo un instrumento financiero muy popular debido a su flexibilidad, variedad e innovación. A medida que la tecnología se desarrolla y los mercados cambian, los CFD evolucionan y mejoran constantemente para adaptarse a las necesidades y expectativas de los inversores. Algunas posibles tendencias y direcciones incluyen:
Digitalización y automatización: utilice inteligencia artificial, blockchain, computación en la nube y otras tecnologías para mejorar la eficiencia, la seguridad y la conveniencia del comercio de CFD y reducir la intervención humana y los errores.
Socialización e intercambio: al establecer plataformas de medios sociales, redes sociales, economía colaborativa y otros modelos, promovemos la interacción, la cooperación y el aprendizaje entre los operadores de CFD, y compartimos recursos, información y experiencia.
Diversificación y personalización: desarrollar más tipos de activos subyacentes, como criptomonedas, monedas digitales, tokens no fungibles y otros activos emergentes, así como más formas de productos CFD, como opciones binarias, opciones de París y otros derivados para satisfacer las preferencias. y necesidades de los distintos inversores.
Conclusión
Los CFD son un instrumento financiero interesante y desafiante que ha experimentado un rápido desarrollo y cambios desde su nacimiento en Londres a principios de la década de 1990 y ha ganado popularidad en todo el mundo. Los CFD también se han enfrentado a algunas restricciones legales y reglamentarias y al impacto de las emergencias, pero todavía tienen una gran vitalidad e innovación. Con el avance de la tecnología y la evolución del mercado, los CFD se adaptan y mejoran constantemente para ofrecer opciones y oportunidades comerciales más diversas y personalizadas.
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